Martes, 11 de septiembre de 2012 | 22:50
Por Carlos Chussir Valenzuela
Un gigante apasionado por el deporte
Físicamente
deja este mundo. Pero deja un legado tan grande entre diversas
generaciones, que sobran motivos para recordar su labor.
La historia del fútbol chileno en persona. Vivió todos los mundiales de fútbol hasta el momento
Estando en Argentina, una vez me tocó cuidar la casa de una pareja
de ancianos, quienes querían disfrutar de una semana de vacaciones. No
había mucho que hacer, salvo ver televisión y leer algunos viejos
libros y revistas. Entre ellas, encuentro un especial sobre los 100
mejores futbolistas en la liga trasandina. Justo había un chileno entre
ellos: Sergio Livingstone.
Estuvo tan solo un año en Racing de Avellaneda. Su debut frente a
Boca fue desastroso, incluso comiéndose un gol olímpico. Sin embargo,
fue capitán del equipo y elegido el segundo mejor portero en 1943.
Entonces, algún legado dejó en estas tierras (escribo esto desde Buenos
Aires). Si estuvo un solo año en la Academia, no fue por problemas de
dinero ni de rendimiento. El “Sapo” –como ya lo apodaban en esa época-
tenía un amor en Chile, que después pasó a ser su primera esposa, y
decidió regresar.
De todos modos, si pensamos en la carrera futbolística de Don
Sergio, los archivos de la época lo vinculan a Universidad Católica,
donde ganó 3 campeonatos locales. Pudo ser la Unión Española, donde
jugó a los 15 años, pero estaba la Guerra Civil de España, se les hizo
la vida imposible a los jugadores por asociarlos al franquismo, así que
terminó jugando en el cuadro universitario. Y a nivel selección, fue el
dueño absoluto del arco chileno entre 1941 y 1954, llegando a disputar
el Mundial de Brasil 1950. Alcanzó a estar a préstamo en Colo-Colo y se
retiró como jugador activo en la UC.
Siempre se lo reconoció como un guardameta audaz, revolucionario de
la época, con seguridad al cortar balones y una calidad a toda prueba.
En ese tiempo, el fútbol chileno ya era profesional, pero la calidad en
la “Roja” era amateur, si se la comparaba con otros países. No nos
llevamos goleadas más grandes gracias al “Sapito” en los Sudamericanos
(actual Copa América).
Por supuesto, debido a que tengo apenas 30 años, no lo vi jugar,
salvo en videos de Youtube. Pero mi abuelo, que está tan afectado como
yo, me contó varias cosas de él como jugador, así que más o menos tengo
una idea sobre la relevancia de Don Sergio bajo los tres palos.
Si decidí estudiar periodismo, fue en parte gracias a él.
Livingstone, como comentarista deportivo, fue espectacular. Siempre
riguroso, defendió el fútbol lírico y a los talentosos del deporte.
Aparte, la relación que tenía con sus colegas fue única. Todos lo
recordaron con gran cariño apenas se supo sobre su muerte.
Alcanzó a estar más de 50 años en los medios de comunicación. Por
televisión, primero en Canal 13 y desde 1969 en TVN, canal donde
permaneció hasta sus últimos días. También trabajó hasta este año en
Radio Agricultura. Previamente, lo hizo en Radio Carrera, Minería,
Corporación, entre otras. Los medios de comunicación pasaron a ser su
vida. Siempre tenía algo que decir y era muy rara vez que podías estar
en desacuerdo con él. Con largo merecimiento, recibió el Premio
Nacional de Periodismo, en 1987.
Antes que llegaran medios privados para comprar el fútbol chileno,
es inevitable recordar la enorme dupla Carcuro-Livingstone para los
partidos de Chile y algunos del torneo nacional. Jornadas inolvidables
donde uno se detenía a escuchar al “Sapito” y leía muy bien los
partidos. Eso, gracias a que nunca dejó de ver fútbol. Era su vida, su
pasión. Conoció hasta a los jugadores de esta generación, como Ángelo
Henríquez, por ejemplo.
Además de los futuros homenajes que vendrán, hubo algunos que se le
hizo en vida. El más significativo de todos, una tribuna en San Carlos
de Apoquindo que lleva su nombre. Siempre reconoció que la Universidad
Católica fue el club de sus amores, por lo que sus hinchas están
especialmente afectados por lo sucedido.
Pero no solo es una cuestión de colores. Don Sergio va más allá de
toda ideología, creencia o club. Un hombre que, según comentan varios
de sus ex colegas, fue bastante solitario, pero te detenías a hablar
con él de fútbol y nunca se aburría. Su legado es muy importante para
todos, tanto para el fútbol chileno como para los medios de
comunicación en el país.
Cabe destacar también su labor para el deporte. Cubrió grandes
eventos como Mundiales de Fútbol, Juegos Olímpicos y Panamericanos
durante su carrera como comentarista. Además, el Zoom Deportivo siempre
tuvo espacio para comentar sobre jóvenes promesas en distintas
disciplinas.
Una semana negra para todos quienes crecimos con él, aunque fuera
detrás de una pantalla. Antes de ayer, nos enteramos sobre el
fallecimiento de Raquel Correa, una mujer que hizo escuela a nivel de
entrevistas y ética profesional. Y hace más de 4 años, Don Julio
Martínez, otro gigante de las comunicaciones. Mi gusto por el
periodismo es algo tardío, pero tengo muy claro qué tan grandes fueron
esas eminencias de los medios nacionales.
¿Quién no recuerda esas ediciones del Zoom Deportivo, cuando una vez
se disfrazó de viejo pascuero? ¿O cuando se burlaba del mes de agosto?
¿O las parodias del Jappening con Ja y Balón Von Bola de 31 Minutos?
Sergio Livingstone siempre nos alegró la vida y sabía cuándo hacerlo.
Incluso Livingstone mencionó alguna vez que si jugara en esta época,
sería farandulero. Pero cuando había que ser riguroso, no te dejaba
pasar un solo error. Por ejemplo, cuando una vez corrigió a un
informador de cancha por la cantidad de goles que llevaba Marcelo
Barticciotto en ese momento.
Que sirva esto como un humilde homenaje, aunque es muy poco para
cubrir toda su vida futbolística y periodística. Don Sergio Roberto
Livingstone Pohlhammer, te queremos mucho.
GRACIAS POR TODA LA PASION QUE SIEMPRE ENTREGO AL DEPORTE CHILENO, HASTA SIEMPRE DON SERGIO QUE DIOS LO TENGA EN SU REINO.
DJMAGALOTINO_LA V MINERA